Abortar salva vidas: Lo que no te dicen. Cuando se habla de aborto, muchas veces se reduce el tema a creencias personales, ideologías o debates éticos. Sin embargo, detrás del acceso a la interrupción legal del embarazo hay un asunto de salud pública urgente: la posibilidad de salvar vidas.
Un dato que pocas veces se menciona es que, en los países donde el aborto es legal, las muertes maternas disminuyen significativamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que una de cada diez muertes maternas en el mundo se debe a complicaciones de abortos inseguros. Estas muertes no ocurren porque las mujeres deciden interrumpir su embarazo, sino porque no tienen acceso a servicios médicos seguros, legales y profesionales.
¿Qué ocurre cuando el aborto es ilegal?
En contextos donde el aborto está penalizado, muchas mujeres se ven obligadas a recurrir a métodos inseguros para terminar un embarazo. Desde el uso de sustancias tóxicas hasta la inserción de objetos peligrosos en el cuerpo, los riesgos son enormes.
Estas prácticas pueden causar infecciones graves, hemorragias, infertilidad permanente o la muerte. Y lo más preocupante: quienes más sufren estas consecuencias son mujeres en situación de pobreza, sin acceso a servicios de salud de calidad.
A pesar de la criminalización, los abortos siguen ocurriendo, pero en condiciones mucho más riesgosas. Esto no solo pone en peligro la vida de las mujeres, sino que también sobrecarga los sistemas de salud pública, que deben atender complicaciones que podrían haberse evitado con un procedimiento médico seguro y legal.

¿Qué pasa cuando se legaliza el aborto?
La evidencia internacional demuestra que legalizar el aborto, acompañado de políticas públicas de acceso a la salud reproductiva, reduce de forma importante las muertes maternas. Por ejemplo:
– En Sudáfrica, después de la legalización del aborto en 1997, las muertes por abortos inseguros se redujeron en más del 90% en menos de una década.
– En Rumania, al legalizar el aborto en 1989 tras años de prohibición, la tasa de mortalidad materna bajó drásticamente en los siguientes años.
– En México, los datos de la Ciudad de México tras la despenalización del aborto en 2007 muestran que los procedimientos son seguros y la mortalidad relacionada es prácticamente nula.
Además, con la legalización no aumenta la cantidad de abortos, como se suele pensar. De hecho, el acceso a educación sexual y métodos anticonceptivos suele mejorar en paralelo, lo que reduce los embarazos no deseados y, en consecuencia, la cantidad de abortos.
La legalización no obliga, pero sí protege
Es importante recordar que legalizar el aborto no significa imponerlo. Ninguna persona se ve obligada a abortar por el hecho de que sea legal. Lo que sí garantiza la legalización es que quien lo necesite pueda hacerlo de forma segura, acompañada, informada y sin miedo a ser criminalizada o a perder la vida.
En lugar de centrarnos únicamente en el debate moral, vale la pena mirar los datos y entender el aborto como parte de una estrategia de salud pública integral. Legalizar el aborto es salvar vidas. Y eso, en cualquier contexto, debería ser una prioridad.
