Métodos anticonceptivos menos comunes. Cuando se habla de anticoncepción, los métodos más comunes que suelen mencionarse son el preservativo, las píldoras anticonceptivas y el dispositivo intrauterino (DIU). Sin embargo, existen otras opciones anticonceptivas menos utilizadas, que también son seguras y efectivas para prevenir el embarazo, pero que por diversas razones no son tan populares. A continuación, exploramos algunos de estos métodos anticonceptivos menos conocidos.
1. Diafragma
El diafragma es un método de barrera que ha existido durante mucho tiempo, pero su uso ha disminuido en comparación con otros métodos modernos. Se trata de una cúpula flexible de silicona o látex que se inserta en la vagina para cubrir el cuello uterino, bloqueando el paso de los espermatozoides. Para ser efectivo, se debe utilizar junto con un gel espermicida.
Este método tiene una tasa de efectividad de alrededor del 88% con un uso típico, pero requiere que la usuaria lo inserte correctamente antes de cada acto sexual y lo mantenga en su lugar por al menos seis horas después. Aunque no es tan popular como los preservativos o las píldoras anticonceptivas, el diafragma puede ser una buena opción para quienes prefieren métodos no hormonales y reutilizables.
2. Esponja anticonceptiva
La esponja anticonceptiva es otro método de barrera que no se utiliza con frecuencia. Está hecha de poliuretano y contiene espermicida. Al igual que el diafragma, se inserta en la vagina antes de tener relaciones sexuales y debe cubrir el cuello uterino para evitar que los espermatozoides lleguen al útero.
Una ventaja de la esponja es que se puede colocar varias horas antes del acto sexual, lo que brinda mayor flexibilidad. Sin embargo, su tasa de efectividad varía entre el 76% y el 88%, dependiendo de si la mujer ha tenido un parto previo. Además, no protege contra las infecciones de transmisión sexual (ITS), lo que puede ser una desventaja para algunas personas.

3. Capuchón cervical
El capuchón cervical es similar al diafragma, pero más pequeño. Se coloca sobre el cuello uterino para impedir que los espermatozoides lo alcancen. Al igual que otros métodos de barrera, se usa con un gel espermicida para aumentar su efectividad.
Una diferencia importante es que el capuchón cervical puede permanecer en su lugar por hasta 48 horas, lo que lo convierte en una opción más conveniente que el diafragma para algunas mujeres. Sin embargo, su tasa de efectividad es más baja, especialmente en mujeres que han dado a luz.
4. Método de la temperatura basal
El método de la temperatura basal es un método anticonceptivo natural que implica monitorear la temperatura corporal al despertar para identificar los días más fértiles del ciclo menstrual. Justo después de la ovulación, la temperatura corporal basal aumenta ligeramente. Al identificar este cambio, las mujeres pueden evitar tener relaciones sexuales o usar un método de barrera durante los días fértiles.
Este método requiere una gran disciplina y precisión para ser efectivo, ya que incluso factores como la falta de sueño o enfermedades pueden alterar la temperatura basal. Su tasa de efectividad con un uso perfecto es del 99%, pero con un uso típico, puede bajar hasta el 76%.
5. Anticoncepción inyectable trimestral
La inyección anticonceptiva es un método hormonal menos popular que las píldoras anticonceptivas o los parches. Se administra una inyección de medroxiprogesterona cada tres meses, lo que inhibe la ovulación y previene el embarazo. Este método tiene una alta efectividad, con una tasa de éxito de más del 94%.
Aunque es conveniente porque solo requiere una inyección cada tres meses, su uso no está tan extendido debido a sus efectos secundarios. Entre ellos, puede causar cambios en el ciclo menstrual, aumento de peso y disminución de la densidad ósea con el uso prolongado.
Los métodos anticonceptivos menos comunes pueden ofrecer alternativas seguras y efectivas para quienes buscan opciones diferentes a las más populares. Cada método tiene sus ventajas y desventajas, y la elección de uno u otro dependerá de las necesidades, preferencias y estilo de vida de cada persona. Es fundamental hablar con un profesional de la salud para tomar una decisión informada y adecuada sobre el método anticonceptivo que mejor se ajuste a cada situación.
