Embarazo en adolescencia
El embarazo en adolescencia es muy común en estos últimos años ya que en cifras 17 millones de chavitas entre menores de 15 hasta 19 años dan a luz al año del cual las complicaciones que hay en el embarazo y el trabajo de parto son la segunda causa de muerte entre las adolescentes en el mundo.
Por cada año aproximadamente 3 millones de chavitas de 15 a 19 años se someten a abortos peligrosos o incluso clandestinos que ponen en riesgo su salud.
En algunos casos algunos adolescentes planear un bebe. Sin embargo, la mayoría de los embarazos en adolescentes es no deseado ni planeado por lo que la mayoría planea abortar de una u otra forma.
Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a 19 años en todo el mundo. Sin embargo, desde el año 2000 se han registrado descensos considerables en el número de muertes en todas las regiones.
Cada año se practican unos 3 millones de abortos peligrosos entre muchachas de 15 a 19 años, lo que contribuye a la mortalidad materna y a problemas de salud prolongados.
La procreación prematura aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos.
- En los países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo un 50% superior de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida que los bebés de mujeres de 20 a 29 años.
Embarazo en adolescentes: repercusiones sociales
Cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé. Además, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.
El embarazo en adolescencia puede también tener repercusiones sociales y económicas negativas para las muchachas, sus familias y sus comunidades. Muchas adolescentes que se quedan embarazadas se ven obligadas a dejar la escuela.
Una adolescente con escasa o ninguna educación tiene menos aptitudes y oportunidades para encontrar un trabajo.
- Esto puede también tener un costo económico para el país, puesto que se pierden los ingresos anuales que una mujer joven hubiera ganado a lo largo de su vida de no haber tenido un embarazo precoz.